Sin duda alguna, si existe un club modelo donde deben fijarse los demás es el Villarreal. El submarino amarillo ha pasado de ser un club "pobre", sin apenas historia, a codearse con los grandes de Europa. Mucha culpa de ello la tiene Fernando Roig, que en esto del fútbol, poco tiene que ver con su hermano Paco.
Algunos recordaran aquel 0-6 que el Hércules le endosó al Villarreal en la temporada 95-96, campaña que terminó con el ascenso herculano a Primera División. Por aquel entonces, los habitantes de Villarreal, no habían visto pasar por su pueblo los autobuses del Barcelona o del Real Madrid.
14 años más tarde han cambiado las tornas. El Hércules solo estuvo un año disfrutando de la Liga de las estrellas, y tras pasar por 2ªB, ahora peleamos por retornar de donde nunca debimos salir. Mientras, al Villarreal le ha dado tiempo a ser Subcampeón de Liga, llegar a unas semifinales de Champions League, llegar a unas semifinales de la Copa de la UEFA y ganar dos Intertotos. Además, ahora nutre a la Selección Española, campeona de Europa, con jugadores básicos en el sistema de "La Roja" como son Senna, Capdevila o Cazorla.
Como digo, si han llegado hasta ahí, es en parte gracias al buen hacer de Fernando Roig y a su mano derecha, José Manuel Llaneza. Han sabido fichar bueno, bonito y barato. Y ahora se dedican a crear cantera. Una cantera que solo tiene 10 años de historia, los mismos que lleva el primer equipo en Primera División. Pero en tan poco tiempo, ya ha dado sus frutos, con jugadores como Jonathan Pereira, Bruno o Héctor Font, ahora en las filas del Valladolid.
No me equivoco si digo que el filial del Villarreal está entre los mejores del fútbol español, a la altura de todos los equipos históricos. Es un filial sin fronteras, donde cada vez llegan más chavales de Sudamérica como los argentinos Brasca, Musacchio y Marco Ruben, el ecuatoriano Jefferson Montero, el uruguayo Robert Flores y el paraguayo Hernán Pérez.
En fin, ya vemos en lo que se ha convertido el Villarreal en muy poquito tiempo, un equipo modelo donde todos los equipos modestos deben fijarse.
Foto: Las Provincias
Algunos recordaran aquel 0-6 que el Hércules le endosó al Villarreal en la temporada 95-96, campaña que terminó con el ascenso herculano a Primera División. Por aquel entonces, los habitantes de Villarreal, no habían visto pasar por su pueblo los autobuses del Barcelona o del Real Madrid.
14 años más tarde han cambiado las tornas. El Hércules solo estuvo un año disfrutando de la Liga de las estrellas, y tras pasar por 2ªB, ahora peleamos por retornar de donde nunca debimos salir. Mientras, al Villarreal le ha dado tiempo a ser Subcampeón de Liga, llegar a unas semifinales de Champions League, llegar a unas semifinales de la Copa de la UEFA y ganar dos Intertotos. Además, ahora nutre a la Selección Española, campeona de Europa, con jugadores básicos en el sistema de "La Roja" como son Senna, Capdevila o Cazorla.
Como digo, si han llegado hasta ahí, es en parte gracias al buen hacer de Fernando Roig y a su mano derecha, José Manuel Llaneza. Han sabido fichar bueno, bonito y barato. Y ahora se dedican a crear cantera. Una cantera que solo tiene 10 años de historia, los mismos que lleva el primer equipo en Primera División. Pero en tan poco tiempo, ya ha dado sus frutos, con jugadores como Jonathan Pereira, Bruno o Héctor Font, ahora en las filas del Valladolid.
No me equivoco si digo que el filial del Villarreal está entre los mejores del fútbol español, a la altura de todos los equipos históricos. Es un filial sin fronteras, donde cada vez llegan más chavales de Sudamérica como los argentinos Brasca, Musacchio y Marco Ruben, el ecuatoriano Jefferson Montero, el uruguayo Robert Flores y el paraguayo Hernán Pérez.
En fin, ya vemos en lo que se ha convertido el Villarreal en muy poquito tiempo, un equipo modelo donde todos los equipos modestos deben fijarse.
Foto: Las Provincias
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