14 de febrero de 2011

Farinós resucita al Hércules

Y al octavo mes resucitó. Ocho meses sin jugar un partido oficial como titular, pero ahí estaba Farinós para sacar al Hércules de la encrucijada en la que se había metido tras 80 minutos sin rumbo. Dos jugadas puntuales en las que 'FariDios' fue el gran protagonista dieron la vuelta a un encuentro más que gris.

Si no tenemos en cuenta el resultado final, fue un partido para olvidar en todos los aspectos. En el terreno de juego el equipo no era capaz de darle salida al balón. Trézéguet se aburría arriba. Sólo la magia de Tote en contadas ocasiones y algunos destellos de Farinós, despertaron a los aficionados. Un Rico Pérez con 25.000 gargantas, que poco alentaron. Pese a la nueva zona de animación en fondo norte, el ambiente era frío. Y desde el banquillo, tampoco se ponía solución a lo que estaba ocurriendo en el césped. Aunque el equipo remontara, creo que Esteban Vigo se equivocó al intentar cambiar la situación. Portillo y Trézéguet se anulan. No hay espacio para los dos juntos. Tote desapareció en banda. Y Tiago tenía que haber abandonado el campo mucho antes.

El once inicial volvía a estar muy mermado. Esta vez faltaban Abraham Paz, Peña, Valdez y Drenthe. El gol tempranero, una vez más, del Zaragoza no hacía presagiar una buena tarde. Kiko y Thomert volvían a tener la oportunidad de ser titulares pero no lo aprovecharon. Ninguno de los dos estuvo a la altura de la final que se estaba jugando. Tiago tampoco tuvo su día, mostrando apatía en algunas acciones. Tote sufría el marcaje al hombre de Ponzio, que no le dejaba ni respirar al madrileño. Y el equipo, en general, no estaba dando la talla.

Así llegamos al minuto 80 en el que Farinós se sacó de la chistera un zurdazo desde veintimuchos metros que se colacaba por la mismísima escuadra de Leo Franco. En ese momento, despertó el equipo y la afición. Quedaban diez minutos para ganar el partido y el gol-average al Zaragoza. Y apareció Farinós de nuevo. Pase del quarterback blanquiazul, a la espalda de la defensa mañana y gol de 'Le Roi' Trézéguet. Éxtasis en el Rico Pérez.

El Hércules fue capaz de ganar su primera final de la temporada jugando mal. Respiramos, al menos, una semana. Queda mucho que sufrir todavía...

8 de febrero de 2011

Sin gol no hay fútbol

Cuarenta minutos aguantó un más que mermado Hércules en Mestalla. Hasta que la lesión de Peña terminó por trastocar prácticamente todo el once inicial. La idea del boquerón para solucionar la falta de gol a domicilio fue quitar a Trézéguet, que aunque parezca una locura, no me pareció mal del todo. Sobre todo en la primera mitad, vimos un Hércules mucho más ordenado y compacto que en los últimos encuentros lejos del Rico Pérez.

Sin Abraham Paz, ni Pamarot, ni Sarr, Esteban Vigo apostó por Juanra para acompañar a Rodríguez en el eje de la zaga. Pero la sorpresa del once iba a ser la suplencia de Trézéguet. El Míster prefirió jugar con Valdez como único punta, con Tote por detrás, cayendo Kiko y Thomert a las bandas. Como ya he dicho, la alineación le dio un equilibrio al equipo que no habíamos visto en los últimos choques fuera de casa. Pero antes de finalizar la primera mitad, cuando mejor estaba jugando el Hércules, se lesionó Peña.

Si ya estaba tocado en defensa el conjunto alicantino, el cambio de Peña fue el remate final. Supongo que en ese momento el 'boquerón' se acordaría de Pulhac, el único defensa que tenía disponible se lo dejó en Alicante, en el banquillo no había ninguno. Asi que empezaron los experimentos... Salió Tiago para jugar en banda derecha, por lo que Kiko pasó al lateral izquierdo. Quizá me equivoque, pero no recuerdo haber visto jugar nunca al de Sanet y Negrals en esa posición.

Entre el desorden, pudo adelantarse el Hércules merced a Valdez, pero el linier levantó la banderá y el árbitro anuló el tanto. En la siguiente jugada, un error garrafal de Rodríguez, que intentó dejar a Soldado en fuera de juego, dio pie al gol del Valencia anotado por Aduriz.

En la segunda parte continuó un poco el desorden, Cortés y Kiko se cambiaron de banda, sin embargo los chés mataron el partido en el minuto 53. Magistral falta lanzada por Tino Costa, en la que nada pudo hacer Calatayud. Dos a cero y el partido muy cuesta arriba.

Los locales se conformaron con nadar y guardar la ropa, mientras que el técnico blanquiazul lo seguía intentando dando entrada a Drenthe y Rufete. El holandés le dio otro aire al partido. El Hércules buscó el gol, pero en ese momento en el que tocaba atacar, se echó de menos a Trézéguet. Los centros que llegaban desde las bandas se paseaban por el área sin que pudieran ser rematados por ningún jugador visitante. La mejor ocasión la tuvo Fritzler en sus botas. Un remate que se colaba por la escuadra, fue desviado por una espectacular mano de Guaita.

Y el partido concluyó dejando al Hércules con 773 minutos sin marcar a domicilio, casi 13 horas, ocho partidos consecutivos. No sé si será ya record absoluto de la Liga, si no es así los jugadores están empeñados en conseguirlo. El domingo jugaremos la primera final de las muchas que nos quedan esta temporada. En juego alejarse del descenso y ganar el gol-average.