17 de mayo de 2009

¡Que bote el Rico Pérez!

Impresionante, emocionante, conmovedor, sensacional, imponente, sobrecogedor, alucinante, extraordinario, espectacular Hércules. Y al mismo nivel la afición. Ayer se demostró que Alicante quiere tener a un equipo en Primera División. O mejor dicho, quiere ver al Hércules, el equipo de la ciudad, en la máxima categoría del fútbol profesional.

En una temporada de ensueño, el ambiente que se vivió ayer en el José Rico Pérez, superó con creces al de los derbis contra el Alicante o contra el Elche, que ya es decir. El equipo salió muy enchufado al partido. Mandiá había estudiado al Tenerife a la perfección. La afición animó desde los prolegómenos hasta el pitido final. 25.000 aficionados abarrotaron el estadio herculano, que no recibía a tanta gente desde aquel partido ante al Alcalá que rubricó el ascenso a Segunda División.

Los goles fueron cayendo en cascada. Delibasic resucitó, llevó todo el partido de cabeza a la zaga tinerfeña. El montenegrino volvió a bailar al son de los goles que cantaba la entregada afición. Farinós, que ya había estrellado un lanzamiento de falta en el larguero, lo volvió a intentar. Luis García sacó el balón con apuros y el colombiano Abel Aguilar remató a placer. Al descanso 3-0. Grandísima primera mitad.

En la segunda mitad, el Hércules aún pudo ampliar diferencias, pero no tuvo la pegada de la primera parte. Sergio Fernández y Rodri secaron a Nino y a Alfaro durante todo el partido. Sublimes los centrales blanquiazules. El único despiste que tuvimos lo aprovechó Nino para marcar el tanto del honor.

El Rico Pérez botó, hizo la ola, animó más que nunca, y se lo paso en grande. Cuando pitó el árbitro el final se desató la locura. Tanto en las gradas como en el campo, ya que Manolo Martínez y Tote acabaron a puñetazos. Los dos tenían cuentas pendientes del partido de ida. Por suerte para los dos equipo, el árbitro no registró nada en el acta.

Si seguimos en esta línea podemos conseguir los quince puntos que quedan. Ese es el objetivo ahora. Pero como siempre nos recuerda Mandiá, partido a partido. El tren continúa el camino, la última estación es la Primera División, esperemos llegar a ese destino y no bajarnos antes. Próxima parada Huesca.

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