20 de abril de 2009

La importancia de madurar los partidos

Quería dedicar una columna a la importancia de madurar los partidos, una circunstancia que le gusta mucho a Mandiá. Lo que me ha animado a escribir este artículo en estos momentos han sido algunos comentarios hechos en una crónica de un periodista de Girona, o algunas de las palabras con las que nos 'deleitó' Manu Sarabia en la retransmisión del partido del domingo pasado.
Los dos venían a decir prácticamente lo mismo, no se creían que el encuentro terminase 3-0 con el juego visto durante los 90 minutos. Voy a tratar de explicar ese resultado, y muchos otros de este año, a esas personas que no se lo explican.
Los encuentros se maduran, parece que el Hércules de las primeras partes no hace nada, y lo que verdaderamente hacen es cansar al rival. Delibasic no se cansa de presionar a los defensas, los extremos recorren la banda una y otra vez, los mediocentros muerden, etc...
Y así va pasando el encuentro hasta el minuto sesenta. A partir de ese minuto Mandiá empieza hacer cambios, la mayoría de veces son extremo por extremo o delantero por delantero. De esta forma siempre entra un atacante que está fresco y se encuentra una defensa cansada. De ahí la extraordinaria estadística de goles que posee el Hércules en las segundas partes, de ahí las grandes remontadas que hemos vivido este año. El equipo siempre va de menos a más, y termina los partidos más fresco que el equipo contrario. En esa labor influye mucho el trabajo del preparador físico Kike Sanz, pieza fundamental en el cuerpo técnico del Hércules.
Mandiá tiene una máxima que la ha repetido una y otra vez, los partidos lo juegan catorce jugadores. Por eso prefiere sacar a Sendoa o Morán la última media hora. Son jugadores que no aguantan un partido entero, pero si les das media hora hacen un trabajo sublime. Cuando entran a jugar los últimos minutos están frescos y los rivales están muertos, y eso lo aprovecha siempre el equipo. Por esa razón, Rubén Navarro ha sido suplente gran parte de la temporada, como no estaba físicamente bien se le utilizaba como revulsivo y se le ha sacado un gran rendimiento.
Resumiendo y ciñiendome al último partido, quizá el Hércules por ocasiones no mereciese golear de esa forma, pero demostró estar mucho mejor físicamente que el Girona. Por eso, la última media hora fue un baño de juego, por eso marcamos tres goles y por eso estamos luchando por el ascenso a estas alturas de temporada.

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