19 de junio de 2009

Semana de despedidas

A la ya conocida marcha de Sergio, ayer se confirmó la marcha de otros dos jugadores, el pichichi Rubén Navarro y Fernando Morán. En una semana hemos prescindido del mejor defensa de la plantilla, del mejor delantero y del jugador número 12, ese que casi siempre fue suplente, a pesar de hacerlo maravillosamente bien en los pocos minutos que jugaba.

Estos datos no dicen mucho en favor de la comisión deportiva. Pero sinceramente, aún es muy pronto para empezar a criticar. Estamos en la pre-pretemporada. De hecho oficialmente aún estamos en el curso 2008-2009, aunque no haya nada en juego y el partido de hoy en Salamanca no sirva para nada.

Los veranos en el Hércules suelen ser largos y llenos de críticas: que si este fichaje es muy caro, que si este jugador no tiene experiencia en segunda, que la campaña de abonos es una tomadura de pelo, etc... Hace ya algunos años que decidí tomarme el verano con más calma, más que nada porque lo que hoy digas se puede volver en tu contra en muy poco tiempo. Sin ir más lejos, si buceamos en los foros herculanos, en la pretemporada pasada podíamos leer perlas como estas: "Vaya fichaje el de Morán, ¿Para que queremos a un tío que viene de vuelta de todo con 34 años?" o "Hay que fichar un delantero, Rubén Navarro está acabado y sólo tenemos a Delibasic" o "Hay que fichar un central, Sergio ha dado lo mejor de si y no puede aguantar una temporada de 42 partidos jugando de titular".

El tiempo nos ha quitado la razón. Morán ha demostrado ser todo un profesional a sus 34 años y el club no lo ha tratado bien rescindiendo su contrato. Rubén Navarro empezó la temporada totalmente fuera de forma por culpa de las lesiones, pero ha metido goles de todos los colores y se ha convertido en el 'killer' del equipo. Y Sergio, pese a su edad, ha aguantado todo el año de titular, como ya lo hizo los seis años anteriores.

De momento, voy a tomarme esta situación con filosofia, aunque no esté de acuerdo en cómo se han hecho algunas cosas. Ya habrá tiempo para los reproches...

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