Amos Bronson Alcott, pedagogo y escritor estadounidense, dijo la famosa frase "La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia". Eso mismo me vino a la mente cuando la 'afición' del Alicante (hago bien de poner entre comillas la palabra afición) cantaba los goles del Zaragoza en el Helmántico. Mientras su equipo perdía ante su máximo rival, en un partido en el que solo se jugaban salvar la temporada, (o quizá había en juego algo más, ¿?) ellos solo estaban pendientes de lo que ocurría en Salamanca.Da vergüenza ajena que una afición, con un equipo que matemáticamente ya estaba en 2ª B, que ha ido haciendo el ridículo semana tras semana por varios estadios españoles, que ha ensuciado el nombre de la ciudad, un club endeudado hasta las cejas y con varios jugadores sin cobrar, sólo se preocupe de lo que le está pasando al club vecino.
Asi es la 'afición' alicantinista, en su mayoría ex-herculanos resentidos, que cuando su nuevo equipo desaparezca o vuelva a Villafranqueza, ellos se quedaran en el Rico Pérez viendo el fútbol profesional y si puede ser 'de gorra' mejor que mejor.
Estoy orgullosísimo de la temporada que ha realizado nuestro Hércules, se consiga o no el ascenso. Aunque nos quedemos a las puertas, podré presumir de equipo, cosa que ellos no podrán hacer. El título de la columna puede resultar ofensivo a una parte de su afición, pero si lo he puesto así de contundente es para que despierten de una vez, dejen de fijarse en los demás, se miren al espejo y vean donde están.
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