14 de mayo de 2010

Portillo: El gol no puede esperar

Cuando el fichaje de Portillo se hizo realidad, nos hizo ilusión a muchos herculanos. Confiábamos ciegamente en él, por mucho que dijeran otras aficiones, como la de Osasuna. Con el paso del tiempo, las críticas hacia el madrileño han aumentado. El gol no llega y la gente se desespera.

Yo mismo le he criticado. Pero al igual que otros herculanos, no lo he hecho por su falta de gol, más bien por su poca implicación en anteriores partidos. A estas alturas de la película, no se como aún hay jugadores que no saben que si luchas y peleas cada balón, tienes ganada a cualquier afición de cualquier rincón del mundo. Si sólo luchas, cuando las cosas vayan bien, la gloria probablemente se la lleve otro, pero cuando las cosas se tuerzan, serás de los pocos que se salven de la quema. Mientras que si no te dejas la piel en el campo, de vez en cuando puedes hacer dos o tres goles y ser el héroe, pero cuando no se gane las miradas van a estar puestas en ti.

Los pocos partidos que Portillo ha jugado como titular, por la lesión de Delibasic, coincidió con un Hércules bloqueado. La cifra de goles del montegrino no era, ni es, para tirar cohetes, pero su entrega en cada partido hace que sea de los preferidos para la afición. Creo que el madrileño, en sus primeros encuentros, no entendió que en Segunda o te dejas la piel en el campo o te comen. Y si encima eres delantero y no marcas, pasas por el once inicial con más pena que gloria.

Ante el Córdoba, cuando saltó al terreno de juego vimos un Portillo diferente. En su primera jugada, con 3-0 en el marcador, presionó él solito a toda la defensa rival hasta cortar un balón que en realidad no valía para mucho... o quizás si. Con esa primera acción ya se había ganado a la mitad del público presente. Un minuto después, volvió a presionar, robándole el balón a un central y provocando una amarilla. Ahí ya se ganó a todo el Rico Pérez, cuyo único objetivo en los últimos diez minutos, era alentar al delantero para que marcara su primer gol con la elástica blanquiazul. No había tocado un balón, no había tenido ninguna ocasión, pero la gente ya le estaba vitoreando.

Llegó el cuarto gol, obra de Danciulescu, pero la hinchada coreó: "Portillo, Portillo". No marcó, pero lo mereció. Lo mereció porque salió a jugar un partido que estaba resuelto, como si fuera una final con el marcador adverso. La afición no es tonta y cuando un jugador sale con ganas se nota. Igual que se nota cuando un jugador no está implicado.

Espero que el choque frente al Córdoba haya servido para que Portillo abra los ojos y vea que para ser una estrella no hace falta meter 30 goles. A veces, con dejarse el alma por cada balón, es suficiente.

2 comentarios:

  1. Es raro que portillo no haga gol porque otra cosa no pero gol tiene en sus botas pero si tu dices que no se implica demasiado eso es otra cosa mas grave que conlleva a muchos enfados por parte de la aficion.
    Un saludo

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  2. Recuerdo a Portillo cuando defendía los colores de nuestro Nàstic en Primera División. Corría como un jabato y era el único que tenía las cosas claras de cara el gol. Era nuestro ídolo. Desde que se fue del equipo ha sido como un fantasma y no ha acabado de consagrarse. Espero que os reencontreis con ese jugador que aunque el solo no nos pudo salvar del descenso se ganó el respeto de toda la afición tarraconense.

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