La suerte parece haber abandonado al Hércules. Jornada atrás, jugando mal y creando pocas ocasiones se ganaban partidos. Ayer se cerró una semana horrible para el Hércules, que empezó con las paperas de Aganzó, siguió con la derrota en Girona por un penalty inventado por el árbitro, continuó con las paperas de Míchel y terminó con la derrota de ayer frente al Real Murcia que acumula 10 partidos invicto.
Lo más doloroso del choque ante el Murcia es que nos dieron de nuestra propia medicina. Los pimentoneros se mostraron como un equipo rocoso, difícil de superar. Juntaron mucho sus líneas y presionaron cuando debían. El Hércules, mientras tanto, se dedicó a tocar el balón, aunque la posesión del esférico no valió de mucho, ya que la mayoría de la veces fue en su propio campo, sin crear excesivo peligro.
El once que sacó Mandiá no tenía mala pinta para los mimbres que disponía. Arbilla acompañó a Diego Rivas en el doble pivote y fue de lo mejor del equipo hasta que se le acabó la gasolina. Sanchón y Callejón ocuparon las bandas, Tiago la mediapunta y Urko Vera arriba. Sin embargo, ninguno de los cuatro estuvo acertado. Sanchón y Callejón apenas encararon a su oponente, ni pusieron centros en condiciones. Fueron Peña y Juanra, sobretodo el primero, quienes con sus internadas inquietaron más a los laterales murcianos. Tiago desaparecido en combate, con poca precisión en los pases y todavía menos movilidad entre líneas. Y Urko hizo lo que pudo, se peleó con los centrales y lo intentó todo, incluso una chilena que si Alberto no llega a despejar a corner se cae el Rico Pérez.
El Murcia llegó a Alicante con la lección aprendida, nos regaló la pelota e intentó aprovechar sus contras y las jugadas a balón parado. De esa forma llegó el único gol del partido en los minutos finales. Jorge cabeceó en el primer palo y Falcón nada pudo hacer.
Derrota y a pensar en los siguientes partidos. La carretera se sigue empinando y la próxima semana visitaremos al Celta, con la mirada puesta en el derbi ante el Elche, que se disputará la siguiente jornada.
Foto: La Verdad
Lo más doloroso del choque ante el Murcia es que nos dieron de nuestra propia medicina. Los pimentoneros se mostraron como un equipo rocoso, difícil de superar. Juntaron mucho sus líneas y presionaron cuando debían. El Hércules, mientras tanto, se dedicó a tocar el balón, aunque la posesión del esférico no valió de mucho, ya que la mayoría de la veces fue en su propio campo, sin crear excesivo peligro.
El once que sacó Mandiá no tenía mala pinta para los mimbres que disponía. Arbilla acompañó a Diego Rivas en el doble pivote y fue de lo mejor del equipo hasta que se le acabó la gasolina. Sanchón y Callejón ocuparon las bandas, Tiago la mediapunta y Urko Vera arriba. Sin embargo, ninguno de los cuatro estuvo acertado. Sanchón y Callejón apenas encararon a su oponente, ni pusieron centros en condiciones. Fueron Peña y Juanra, sobretodo el primero, quienes con sus internadas inquietaron más a los laterales murcianos. Tiago desaparecido en combate, con poca precisión en los pases y todavía menos movilidad entre líneas. Y Urko hizo lo que pudo, se peleó con los centrales y lo intentó todo, incluso una chilena que si Alberto no llega a despejar a corner se cae el Rico Pérez.
El Murcia llegó a Alicante con la lección aprendida, nos regaló la pelota e intentó aprovechar sus contras y las jugadas a balón parado. De esa forma llegó el único gol del partido en los minutos finales. Jorge cabeceó en el primer palo y Falcón nada pudo hacer.
Derrota y a pensar en los siguientes partidos. La carretera se sigue empinando y la próxima semana visitaremos al Celta, con la mirada puesta en el derbi ante el Elche, que se disputará la siguiente jornada.
Foto: La Verdad
k injusto es el futbol...
ResponderEliminarmacho hercules
y telita la k se lio en el palco!