12 de diciembre de 2011

Empate de casta

El Hércules consiguió sacar un punto ante el Valladolid tras marcharse al descanso perdiendo 0-2. Un empate de casta, jugando bien al fútbol en ataque. Sin embargo, los errores defensivos condenaron ayer a los alicantinos.

Los herculanos empezaron muy bien el encuentro, dominando la pelota y embotellando al Valladolid en su área a base de faltas y corners. Pero la suerte no está de cara últimamente, a los diez minutos, en la primera llegada de los visitantes a la portería de Falcón, el meta herculano resbaló y el balón entro mansamente por el centro de la portería. Se ponía cuesta arriba el partido.

Los de Djukic regalaron el balón a los locales que lo seguían intentando, sobre todo por la banda izquierda, donde Carlos Calvo y Peña llevaban el peso del ataque blanquiazul. Jaime hizo la parada de la mañana tras un chut de Paco Peña desde más de 25 metros que se colaba por la mismísima escuadra. Más tarde Míchel intentó una vaselina, pero de nuevo Jaime desviaba a córner.

Cuando mejor jugaban los de Mandiá llegó la jugada del 0-2. Abel Aguilar demostró una falta de concentración absoluta, recibiendo de espaldas, haciendo un mal control y dejando a Victor Pérez pasar como un avión robándole la cartera. Como en el anterior partido en casa ante el Elche, volvíamos a irnos al descanso 0-2, pero esta vez no era ni mucho menos merecido el resultado.

Los jugadores saltarón al terreno de juego en la segunda mitad entre aplausos, la afición, que ayer estuvo muy fría, todavía creía que se podía sacar algo positivo. A los pocos minutos, el mismo Abel Aguilar era el que nos daba esperanzas de nuevo tras rematar un saque de esquina botado por Carlos Calvo.

El éxtasis llegaría cinco minuto más tarde, otra vez un córner lanzado por Carlos Calvo lo remataba Aganzo, marcando su primer gol con la elástica blanquiazul. Esa acción coincidió con la expulsión de Nauzet Alemán. Quedaba media hora por delante y jugábamos con uno más.

Pero con el empate en el electrónico el Hércules se atascó. Los pucelanos, pese a la expulsión, no renunciaron al ataque y las contras creaban cada vez más peligro. Mandiá decidió dar entrada a Tote, que volvió con una sonora ovación nueve meses después a los terrenos de juego, para intentar resolver la situación. La tuvo en sus botas Míchel, pero una vez más Jaime, que fue el mejor de los visitantes, desviaba el esférico.

Empate que vale para mantener la distancia con los perseguidores, salvo con el Deportivo que sigue escalando puestos en las últimas jornadas. Cerraremos el año en Soria, ante el Numancia. Una victoria permitiría cerrar el 2011 como líderes.

Foto: Información.es

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